Las nubes están formadas por unas diminutas gotas de agua que es la manera más habitual en las que se presentan las precipitaciones, pero esto pasa principalmente en invierno ya que si la temperatura baja de los 0º grados centígrados, el agua se transforma en pequeños cristales de hielo que forman formas geométricas y se agrupan en copos mejor conocido como nieve.
Cuando la temperatura está por encima de los ceros grados, los copos no llegan a cuajar cuando llegan al suelo y eso es lo que se conoce como agua nieve. Las nevadas se clasifican por la visibilidad, viento y la tasa de nieve caída en nevada débil, nevada moderada, nevada fuerte y nevada severa.
Las nevadas varían según donde se encuentre el país y la altura. Un dato interesante es que Nueva York, Roma y Madrid se encuentran a la misma altura pero es la primera la que posee más nieve durante el invierno ya que las últimas tienen barreras naturales de los Pirineos y los Alpes.
La precipitación acumulativa más alta de nieve se produjo durante el 1998-1999 en Mount Baker en Washington con 28,96 metros y la precipitación diaria más alta fue registrada en Silver Lake en Colorado con 1.93 metros de altura.
La nieve es importante ya que representa una reserva de agua acumulada en las superficies de las cuencas hidrográficas y que estarán disponibles para su uso luego de la precipitación, cuando se vaya derritiendo se utilizará para usos no recreativos durante la primavera.
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